Cómo son las cosas, ¿verdad? El otro día estaba yo repasando mi disco duro, cuando, sin comerlo ni beberlo, me encontré con una carpeta que contenía los discos de Princessa y recordé lo mucho que me gustaba estar chica. La madrileña Mónica Capel, una especie de híbrido entre Ana Torroja (por la delicadez de su voz), Natalie Imbruglia (no podemos negar que ‘I won’t forget you’, su tema más conocido, recuerda poderosamente a ‘Torn’) y Kate Ryan (porque sus devaneos con el eurodance han sido más que sonados), fue rebautizada con el nombre de Princessa por su manager Susana Espelleta a principios de los 90, la década en la que desarrolló el grueso de su carrera artística. Tras un disco en español, aquel que contenía el místico sencillo ‘Rojo y llanto’, Frank Peterson, productor y exnovio de la soprano Sarah Brightman, se la llevó a Alemania con el fin de convertirla en una gran estrella internacional. Y lo consiguió. Los álbumes Calling you y I won’t forget you consiguieron escalar a los primeros puestos de las listas europeas, Suecia, Finlandia, Alemania e incluso Japón se rindieron a sus pies, sus apariciones en la VIVA (canal de música alemán) se hicieron frecuentes, cantó la banda sonora del “Al salir de clase” alemán e incluso, en España, empezó a ser invitada a los programas musicales y consiguió colocar uno de sus temas en un spot publicitario. Todo iba perfecto, pero ¿qué puede suceder para que una cantante con tan buenos resultados discográficos pase de ser tan conocida a una completa anónima? La razón todavía es inexplicable, y eso que ya han pasado casi 10 años desde la edición de su último álbum de larga duración. La cosa es que, allá por 2002, Princessa ya tenía preparado el que iba a ser su cuarto álbum de estudio titulado All I Want y quizá el que la hubiera podido consagrar como artista, pero su fecha de lanzamiento se estuvo retrasando durante dos largos años hasta que, finalmente en 2005, el single del mismo título fue publicado. Se anunció que el álbum saldría a la venta unos meses después pero la promoción se canceló por la quiebra de la discográfica y el álbum se quedó en el cajón, supongo que al lado del de estrellas tan importantes dentro de la galaxia pop europea como Tina Barrett o Melanie B. A mí me da bastante pena. Princessa me transmitía buen rollo. ¿Tal vez era demasiado noventera su propuesta como para tener cabida en los 2000? Algo que nunca sabré. La wikipedia, con todo lo que me puedo fiar de ella, dice que actualmente trabaja de esteticista en Madrid y que está pensando en volver a la música, algo que me encantaría, pero eso… que lo piense bien porque los 2000 no son los 90.
- La esencia de Princessa en '(You just) believe in you':